sábado, 13 de octubre de 2012

Fauna en peligro de extinción en Venezuela: El corroncho del lago de Valencia

El corroncho del Lago de Valencia:
Descripción: Bagre loricárido de tamaño pequeño que mide 10 cm máximo de
longitud estándar. De aspecto similar a otros corronchos o petoras, posee el
cuerpo cubierto por placas óseas a excepción del vientre. La boca es grande en
posición ínfera formando ventosa con los labios, y ojos muy separados entre sí.
Es muy característico en este pez, que en épocas reproductivas su hocico
adquiere una apariencia gomosa que le ha valido su nombre en inglés de “rubber
nose”. Su coloración es gris parduzca muy oscura con manchas más claras, con pequeños puntos blancos en las aletas, dorso y cabeza, y una mancha negra en la base de la membrana entre la espina y el primer radio dorsal. Las manchas están ausentes en las membranas interradiales de la aleta dorsal. Es muy parecida a Chaetostoma guairense, de la cual se diferencia por la aleta pectoral más larga, entre otras características. Los locales no diferencian a estas especies y las identifican como una misma.
Distribución: Especie endémica de Venezuela. Se le reporta específicamente en la faja montañosa meridional de la cordillera de la Costa. A pesar de su nombre común, la especie se encuentra tanto en la cuenca del lago de Valencia, en Aragua y Carabobo (ríos El Castaño, Tapatapa, Guacara, Ereigüe, Cura y Aragua) como en la cuenca del río Tuy, en los estados Miranda y Aragua (río Tácata, quebrada Cagüita–Sistema río Mesia), aunque es confundida frecuentemente con Chaetostoma guairense, la cual es simpátrica en algunas localidades con Chaetostoma pearsei [1,2,3]. Continuamente se le
menciona como Chaetostoma pearsi y en algunos casos se le identifica como “L187” (loricáridos pendientes por identificación).
Nombres comunes: Corroncho del lago de Valencia, Corroncho del Tuy,
Corroncho de puntos blancos, “L187”
Valencia Lake armored catfish, White spot bulldog pleco, White spot rubbernose
Situación
La biología y situación poblacional de esta especie es muy poco conocida, aunque posiblemente sea similar a la de otras especies del mismo género [1,2]. Habita en las dos cuencas más amenazadas, contaminadas e intervenidas de la región central (Tuy y lago de Valencia). En general es escasa en la mayoría de las localidades y ha desaparecido de algunas, siendo confirmada su extinción del río Taguaza donde fue reportada en 1966. Por su parte, en el río Urva ha decrecido significativamente, y en las cabeceras del los ríos Tácata y Mesia, aún mantiene poblaciones importantes [2,3].
Amenazas
La especie enfrenta las mismas amenazas señaladas para la cuenca del Tuy y el lago de Valencia, que incluyen la destrucción total o modificación de su hábitat, causada por el desarrollo urbano, rellenos sanitarios o basureros, interrupción y encauzamiento de las quebradas para la construcción de carreteras y represas, extracción de arenas, contaminación industrial y doméstica de los cursos de agua e introducción de especies exóticas, entre otras. La especie presenta una sensibilidad alta a estas intervenciones por sus requerimientos de aguas muy oxigenadas, transparentes y con corrientes fuertes [4]. Es utilizada localmente para consumo humano en los populares “sancochos”, y se conoce con certeza su captura y comercialización como pez ornamental para acuarios, donde en algunos casos se le identifica como “L187” (del cual se ha logrado producir una variedad albina blanco puro), aunque no se ha investigado el impacto de estas amenazas sobre Chaetostoma pearsei.
Conservación
La especie carece de cualquier tipo de protección específica, salvo que en ciertas partes de su área de distribución (río Grande y río Santa Cruz) sus poblaciones están ubicadas dentro del Parque Nacional Guatopo. La cuenca del lago de Valencia ha sido declarada Área Crítica con Prioridad de Tratamiento y dispone de un Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso. Adicionalmente, el Ministerio del Ambiente adelanta un programa de saneamiento ambiental con actividades de investigación, educación ambiental, construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales, y establecimiento de normas técnicas para el control de la calidad de las aguas. Sin embargo, la efectividad de esta figura de protección y las acciones emprendidas, no han sido suficientes o efectivas. Recientemente, en un estudio detallado sobre el patrón de distribución geográfica de Chaetostoma pearsei y la evaluación del estado de sus poblaciones, se ha propuesto varias medidas para su protección, que son básicamente las mismas que para otras especies amenazadas de la cuenca del río Tuy, con énfasis en la protección de quebradas y ríos prioritarios (Las Islitas, Yaguapa, Salmerón, Chuspita y Cagüita). También se ha recomendado ensayos de conservación en cautiverio y reintroducción en áreas de su distribución original que mantengan condiciones ambientales adecuadas [3].
Referencia:
Referencias: [1] Fernández-Yépez 1945. [2] Ceas & Page 1996. [3] Lasso & Rojas 2005.
Autores: Carlos A. Lasso, Carlos DoNascimiento, Juan C. Rodríguez
Ilustración: Ximenamaria Rausseo
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Fuente: El Libro rojo de la fauna Venezolana

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